Buenavista (Lasarte-Oria): Marzo 9, 2024

Nos estrenamos en una sidrería fuera del circuito que hace dos años descubrimos por casualidad en Google Maps. Gracias a nuestro contacto con la sidrería conseguimos ir un sábado al mediodía, algo que hacía tiempo que no intentábamos ni por supuesto lográbamos.

Asistentes: Germán, Gorka, Ramón, Gari, Edu y Nesss. Excusa su asistencia Edurne, por imprevistos familiares.

Previo

Quedada en La Oficina a las 11:30 para ir andando a la sidrería, donde tenemos reserva a las 14:00. En verdad no está tan lejos ni somos tan lentos, pero la idea es hacer alguna parada técnica por el camino, para repostar. Cuando acabamos el trago en La Oficina, nos ponemos en marcha tirando hacia Lasarte- Oria por la cuesta del butano, un recorrido que Edu no conocía. Amenizamos el recorrido con anécdotas, chistes, y ganas de echar el currículum en Gureak al pasar por delante. Edu va descubriendo dónde están sitios que principalmente había visto desde el bus. Esquivamos un rebaño de ovejas con pastorcilla incluida. Grupo de turistas entretenidos con una recua (ni reata, ni manada, ni rebaño) de burritos, a ver si le enganchan la mano a alguno.... En el barrio Zabaleta Berri, de muy reciente construcción, paramos en el bar Arima (no había elección) donde sólo sirven sidra por botellas, así que pedimos zuritos pero tampoco hay (!!), así que cañas grandes para todos, los cañeros y los no cañeros. Los modernos taburetes anatómicos no son adecuados para todas nuestras maltrechas posaderas. El resto de los parroquianos se mete tragos elaborados. Nos costará volver.

Al salir, bajamos por la cuesta de Buenos Aires hasta el downtown de Lasarte-Oria. Germán decide que entremos en el único bar al que no querían volver Edu y Nesss, tras cierto susedido puertil (que no pueril) con el camarero del mostacho. Tras el trago y las risas contando el susedido a los compañeros, tiramos hacia la sidrería, pa arriba otra vez, cruzándonos algunos con la furgona de Pirritx eta Porrotx (llamados por algunos los payasos de la ETA), que ya habíamos visto por la zona de los burritos. Ramón y Nesss deciden, tras pasar por debajo de la N-1, subir por el camino corto pero empinado. Los guías acaban sacando muchos cuerpos de ventaja a los otros cuatro, ocupados (especialmente Gari) en acordarse de las santas familias de los guías, llegando poco después a Buenavista, tras un giro en falso de Germán (curiosamente quien más veces había estado allí) que casi entra al taller en lugar de a las kupelas.

Sidrería

Entrada por la zona de kupelas, muy chula y ancestral por cierto, 3 metálicas y 2 de madera, una de éstas vacía, todas ellas con grifo, a disposición del público. Al fondo a la derecha, la puerta al comedor. Todas las mesas puestas y nos toca la de al lado de los baños (uno con ducha), enfrente del fregadero y junto a ventanas con las que disfrutar de las buenas vistas de Buenavista. Suponíamos que luego estariamos más acompañados... y acertamos. La parrilla está en la calle, junto a la puerta exterior.

De comer, dos tortillas de bakalao jugosas, una más que la otra, 12 tacos de bakalao con pimientos rojos (demasiados pimientos según Edu, quien además comprobó múltiples veces que el bacalao no era de surimi), tres txuletones, servidos uno a uno, sin cortar y con poco hueso, buenos pero pekes, y de postre queso, dulce de manzana y nueces vascas que provocaron algún estigma; Edu prepara las manos para la crucifixión de la cercana semana santa. Al final, incluyen café de puchero, con leche al gusto, y dejan sendas botellas de brandy Soberano y patxaran casero para consumir a discreción de cada cual. Edu pasa del café pero no puede resistirse a ambas botellas y acaba haciendo inéditos chupitos de sol y sombra vasco. Germán alegra el café con brandy, entre otras operaciones parecidas. Total, 39€ cada, que redondeamos a 40€.

Al estar echando los primeros tragos, entran 3 despistados que son la avanzadilla de los 35 (!!) que más tarde ocuparían las otras mesas. La sidra, muy suave. Bebimos bastante y a gusto. El jefe y la camarera, muy simpáticos; el camarero joven, más taciturno. Estábamos por el bakalao cuando se llena el local con el otro grupo: tradicional comida familiar masiva de distintas procedencias, celebrando que era el cumpleaños de la abuela, que murió, batiendo el récord de asistentes venidos de Gipuzkoa, Valencia, Levante, Argentina,... parecían la ONU, y de edades muy variadas. Cuando estamos haciendo txotx, Nesss abre el grifo, Edu indica a la gente (poco iniciados en general) dónde, cuándo y cómo tienen que poner los vasos y así vamos socializando. Tanto, que uno de rojo confunde a Edu (de camiseta negra y vaqueros) con un currela del local y le pide que les lleve dos cervezas a tal mesa; Edu responde que sí, que toma nota y que enseguida se las lleva (aún deben seguir esperando). En una de las visitas al comedor, sale el arcoiris fuera y tiramos fotos, ¡qué buenas vistas en Buenavista!. En otro momento vemos desde el ventanal bajar un sagardobús a Otegi, que sube luego tras vaciar su carga; insistimos, ¡qué buenas vistas!

Amenazamos con cobrar peaje a quienes quieren ir al baño; por cierto, en el de la ducha no cerraba el pestillo y en el de la ventana, sí, lo que provoca varios susesidos. La rubia del otro grupo dice que está para cambiarse de cuadrilla y venirse con nosotros. Su posible hija tenía parte de la cabeza rapada y dudamos si era la skinhead que sale en la única foto de la web sobre esta sidrería, a ver si ponemos alguna nuestra. Tras poner bote, con alguna discusión sobre quién había puesto y quién no, nos vamos tras pillar tarjetas del dueño, que comentan que tienen mucha demanda pero abren sólo al haber reservas (de lunes a domingo). Pero que cuidan no meterse en problemas con las sidrerías oficiales.

Epílogo

Preguntamos si desde el caserío hay modo de llegar al cementerio de Lasarte-Oria, y la camarera Maider nos indica un camino abajo, que es muy fácil. Se nos pega uno de la otra comida, que está buscando a los niños del grupo. Al subir, estos nos dicen que el camino que de donde vienen acaba en una valla. No sin dificultades tiramos por un camino demasiado hacia abajo (luego tocará subir). Oimos alaridos fuera de Otegi (cosa del sagardo bus). Germán dice que deberíamos ir a Lasarte, y de allí pillar bus para Hernani. Pero Ramón quiere acercarse a Urnieta y acabamos yendo a Hernani tras pisar primero barro y luego asfalto. Al pasar por Elutxeta, tras la larga cuesta arf-arf, de nuevo oímos alaridos sagardobuseros. Junto a Alberro, comprobamos que está abierto y que hay gente, incluyendo un afamado presentador de EITB a quien vacilan gritando "Erreala" (es seguidor confeso del Athletic).

Acabamos echando tragos en el Aroza, en el barrio de Txantxilla, donde Edu no había estado y promete no volver. Tras varios tragos ahí, sentados y apajiñados, vamos disgregándonos junto a los zombies pendientes del partido de la Real en la tele. Volvemos a La Oficina, ya sin Ramón y con Gorka queriendo irse. Gari dice que va a hacer que Edu y Nesss sean trending topic por lo que pedimos y consumimos: dos tintos del año y una cocacola, a medias. Tras eso, Edu y Nesss van a ver el ambiente en el Kaxko y comprueban que puede entrarse en los bares, aunque ni en el Zintzarri hay buena música. Volviendo a casa, nos cruzamos con Germán y Gari, y su nueva cuadrilla. Nos invitan a ir con ellos pero aprovechamos un descuido para retirarnos. Recena en Nesss's sobre las 21:30 a base de morcilla achorizada, chorizo picante del DIA%, queso y un poco de pan, regados con agua, qué rica! Para haber sido una sidrería al mediodía, Nesss no ha pillado una de esas mangas típicas que solía. Que conste en acta, señorías.