Nos estrenamos en una sidrería fuera del circuito que hace dos años descubrimos por casualidad en Google Maps. Gracias a nuestro contacto con la sidrería conseguimos ir un sábado al mediodía, algo que hacía tiempo que no intentábamos ni por supuesto lográbamos.
Asistentes: Germán, Gorka, Ramón, Gari, Edu y Nesss. Excusa su asistencia Edurne, por imprevistos familiares.
Al salir, bajamos por la cuesta de Buenos Aires hasta el downtown de Lasarte-Oria. Germán decide que entremos en el único bar al que no querían volver Edu y Nesss, tras cierto susedido puertil (que no pueril) con el camarero del mostacho. Tras el trago y las risas contando el susedido a los compañeros, tiramos hacia la sidrería, pa arriba otra vez, cruzándonos algunos con la furgona de Pirritx eta Porrotx (llamados por algunos los payasos de la ETA), que ya habíamos visto por la zona de los burritos. Ramón y Nesss deciden, tras pasar por debajo de la N-1, subir por el camino corto pero empinado. Los guías acaban sacando muchos cuerpos de ventaja a los otros cuatro, ocupados (especialmente Gari) en acordarse de las santas familias de los guías, llegando poco después a Buenavista, tras un giro en falso de Germán (curiosamente quien más veces había estado allí) que casi entra al taller en lugar de a las kupelas.
De comer, dos tortillas de bakalao jugosas, una más que la otra, 12 tacos de bakalao con pimientos rojos (demasiados pimientos según Edu, quien además comprobó múltiples veces que el bacalao no era de surimi), tres txuletones, servidos uno a uno, sin cortar y con poco hueso, buenos pero pekes, y de postre queso, dulce de manzana y nueces vascas que provocaron algún estigma; Edu prepara las manos para la crucifixión de la cercana semana santa. Al final, incluyen café de puchero, con leche al gusto, y dejan sendas botellas de brandy Soberano y patxaran casero para consumir a discreción de cada cual. Edu pasa del café pero no puede resistirse a ambas botellas y acaba haciendo inéditos chupitos de sol y sombra vasco. Germán alegra el café con brandy, entre otras operaciones parecidas. Total, 39€ cada, que redondeamos a 40€.
Al estar echando los primeros tragos, entran 3 despistados que son la avanzadilla de los 35 (!!) que más tarde ocuparían las otras mesas. La sidra, muy suave. Bebimos bastante y a gusto. El jefe y la camarera, muy simpáticos; el camarero joven, más taciturno. Estábamos por el bakalao cuando se llena el local con el otro grupo: tradicional comida familiar masiva de distintas procedencias, celebrando que era el cumpleaños de la abuela, que murió, batiendo el récord de asistentes venidos de Gipuzkoa, Valencia, Levante, Argentina,... parecían la ONU, y de edades muy variadas. Cuando estamos haciendo txotx, Nesss abre el grifo, Edu indica a la gente (poco iniciados en general) dónde, cuándo y cómo tienen que poner los vasos y así vamos socializando. Tanto, que uno de rojo confunde a Edu (de camiseta negra y vaqueros) con un currela del local y le pide que les lleve dos cervezas a tal mesa; Edu responde que sí, que toma nota y que enseguida se las lleva (aún deben seguir esperando). En una de las visitas al comedor, sale el arcoiris fuera y tiramos fotos, ¡qué buenas vistas en Buenavista!. En otro momento vemos desde el ventanal bajar un sagardobús a Otegi, que sube luego tras vaciar su carga; insistimos, ¡qué buenas vistas!
Amenazamos con cobrar peaje a quienes quieren ir al baño; por cierto, en el de la ducha no cerraba el pestillo y en el de la ventana, sí, lo que provoca varios susesidos. La rubia del otro grupo dice que está para cambiarse de cuadrilla y venirse con nosotros. Su posible hija tenía parte de la cabeza rapada y dudamos si era la skinhead que sale en la única foto de la web sobre esta sidrería, a ver si ponemos alguna nuestra. Tras poner bote, con alguna discusión sobre quién había puesto y quién no, nos vamos tras pillar tarjetas del dueño, que comentan que tienen mucha demanda pero abren sólo al haber reservas (de lunes a domingo). Pero que cuidan no meterse en problemas con las sidrerías oficiales.
Acabamos echando tragos en el Aroza, en el barrio de Txantxilla, donde Edu no había estado y promete no volver. Tras varios tragos ahí, sentados y apajiñados, vamos disgregándonos junto a los zombies pendientes del partido de la Real en la tele. Volvemos a La Oficina, ya sin Ramón y con Gorka queriendo irse. Gari dice que va a hacer que Edu y Nesss sean trending topic por lo que pedimos y consumimos: dos tintos del año y una cocacola, a medias. Tras eso, Edu y Nesss van a ver el ambiente en el Kaxko y comprueban que puede entrarse en los bares, aunque ni en el Zintzarri hay buena música. Volviendo a casa, nos cruzamos con Germán y Gari, y su nueva cuadrilla. Nos invitan a ir con ellos pero aprovechamos un descuido para retirarnos. Recena en Nesss's sobre las 21:30 a base de morcilla achorizada, chorizo picante del DIA%, queso y un poco de pan, regados con agua, qué rica! Para haber sido una sidrería al mediodía, Nesss no ha pillado una de esas mangas típicas que solía. Que conste en acta, señorías.